La Casa-museo de Dimitar Peshev en la ciudad de Kiustendil, es un monumento de la cultura que fue restablecido en nuestros días para conservar en un lugar el recuerdo de aquellos búlgaros que en 1943 lograron salvar de la garra de Hitler unos 50 mil judíos que tenían que ser deportados desde Bulgaria. Dimitar Peshev, que entonces era presidente de la Asamblea Nacional, estaba entre las personas que aportaron más a su salvación. Cuando se llega a su casa cada uno aprende más también de los otros vecinos de Kiustendil que aportaron al éxito de esta obra tan humana. La permanente exposición muestra objetos auténticos, fotos y facsímiles cuenta de los acontecimientos de marzo de 1943 y de la formación de una delegación de importantes ciudadanos de Kiustendil que asumieron la salvación de los judíos como su deber.
En 1940 fue votada y aprobada la Ley de defensa de la Nación y la sesión fue encabezada por el vicepresidente de la XXV Asamblea Nacional, Dimitar Peshev. Tres años después, el 8 de marzo de 1943, ciudadanos de Kiustendil entraron en contacto con él. Ellos le informaron del acuerdo secreto que fue firmado con el Tercer Reich para la deportación de casi 50 mil judíos de Bulgaria a Alemania en relación con la llamada Solución final de la cuestión judía. En la delegación de Kiustendil participaron el diputado Petar Mijalev, el comerciante Asen Suichmezov, el profesor Vladimir Kurtev y el abogado Ivan Momchilov. Peshev no se mantuvo impasible ante el desasosiego de sus compatriotas y el 17 de marzo escribió una enérgica carta de protesta al primer ministro, Bogdan Filov, contra la deportación de los judíos. Sus acciones fueron apoyadas por 43 diputados. Unos días después, Peshev fue destituido de su puesto en la Asamblea Nacional. El hecho de que en la Asamblea Nacional se debatían los planes secretos del Tercer Reich fue una de las causas principales para frustrar la deportación de los judíos búlgaros.
“Poseemos un objeto de valor cultural muy importante, los dos borradores de la carta escritos por Dimitar Peshev al primer ministro, Bogdan Filov, dice el autor de la exposición, doctor Anguel Johnev, especialista en nueva historia de Bulgaria y refiere más detalles acerca de los acontecimientos que acompañaron la salvación de los judíos búlgaros.
“Peshev no quería derrocar al Gobierno, tampoco lo querían los diputados que se identificaron con la misma causa. Lo importante era que se conservara el honor y la dignidad de Bulgaria”, se dice en la carta. A fin de cuentas en marzo de 1943 ninguno de los judíos búlgaros en el Principado de Bulgaria fue transportado hacia los campos de la muerte, lo cual es muy importante. Esto detuvo la máquina estatal y ésta se orientó hacia otras acciones encaminadas a limitar los derechos de los judíos en mayo de 1943. Los judíos fueron deportados de Sofía, se trataba de la mitad de su comunidad, y fueron instalados en diferentes aldeas y pequeñas ciudades en la provincia.
Sin embargo, el momento decisivo de su salvación vino gracias a la conciencia cívica de las personalidades públicas de Kiustendil que detuvieron la deportación planificada. De esto cuenta la mayor parte de la muestra en la Casa- museo Dimitar Peshev. Los documentos testimonian tanto de los salvados como de los salvadores. La mayor parte de la comunidad de los judíos abandonó Bulgaria en vísperas del nuevo régimen socialista y se estableció en Israel. Los llegados desde Bulgaria conforman una considerable parte del nuevo estado que fue creado predominantemente por refugiados de toda Europa. Los judíos búlgaros manifestaron con orgullo que no son refugiados, sino emigrantes que abandonaron su país por su voluntad propia y que no huyeron de ninguna violencia”, cuenta el doctor Anguel Johnev.
A diferencia de los judíos búlgaros, el destino de cada uno de los vecinos de Kiustendil que lucharon por su salvación era nada alegre. Todos ellos sintieron en carne propia las acciones del poder popular después del 9 de septiembre de 1944 cuando en el país se estableció el régimen prosoviético. A pesar de la indiscutible aportación de Dimitar Peshev al Asunto Europeo, en 1945, el Tribunal Popular, organizado en contradicción con la Constitución de Tarnovo, lo condenó a prisión, privación de los derechos civiles y desapropiación de vivienda y bienes. Cuando salió de la cárcel Dimitar Peshev vivió en pobreza.
Angel Johnev refiere qué más cuentan los documentos de la Casa-museo.
“El propio Peshev fue condenado junto con su colega Petar Mijalev por “persecución de los judíos”. En la exposición de la casa museo en Kiustendil conservamos el acta de acusación que guardaron los familiares de Peshev en que se le acusa de persecutor de los judíos. Como tal y como represente de la anterior mayoría gobernante en el país se le confiscaron todos los bienes. Se trata de un cinismo histórico muy interesante de la segunda mitad del siglo XX. Peshev no pudo vivir en su propia casa en que fue instalado uno de los adeptos del movimiento comunista. Es similar el destino de otro de los salvadores de los judíos búlgaros, el diputado de la 25 Asamblea Nacional, Petar Mijalev. Fue condenado a cadena perpetua en mazmorra que después fue sustituida por una condena de tres años. Mijalev fue observado por los órganos de Seguridad del Estado. Qué decir del profesor Vladimir Kurtev, que desapareció sin rastro en 1946. Hasta el momento se desconoce dónde está su tumba. Después de los años 60 determinados judíos y el Estado de Israel se interesaron por el destino de los salvadores y apoyaron materialmente a los sobrevividos: Asen Suichmezov, Dimitar Peshev y Peter Mijalev. Ellos, igual que Vladimir Kurtev, fueron declarados beatos y son homenajeados por el pueblo israelí”.
Versión al español de Hristina Taseva
Fotos: Casa-museo de Dimitar Peshev y digital-culture.eu
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