Con los años la torre de reloj se ha convertido en el lugar más popular e incluso en el símbolo de la ciudad de Zlatitsa. Antiguas torres de reloj que se conservan en su aspecto auténtico de hace 300 años guardan el recuerdo de épocas pasadas. En los lugares donde estas torres existen se conservan como emblema y orgullo de la respectiva población.

Las primeras torres de reloj en Bulgaria se construyeron en ciudades que prosperaban en sentido económico. En la ciudad de Zlatitsa, al pie de la Cordillera de los Balcanes, también fue erigida una torre de este tipo. Esto sucedió en el tiempo cuando en las tierras búlgaras entró la moda de construir torres de este tipo siguiendo el modelo de Europa Occidental. Entonces el reloj tenía una función muy importante, ya que todos los artesanos se orientaban cuándo comenzaba y terminaba la jornada laboral. Con la medición exacta del tiempo, la pereza asiática fue desapareciendo y fue impuesto un nuevo ritmo de trabajo. Los comerciantes y los artesanos comenzaron a atenerse al lema de que el tiempo es dinero, como decían los británicos.

Hoy, cuando cada uno de nosotros tiene en la mano un dispositivo electrónico, las antiguas torres de reloj despiertan una curiosidad y fascinación aún mayores. La torre de la ciudad de Zlatitsa fue declarada monumento de la cultura y la campana del reloj sigue indicando la hora exacta con precisión absoluta.

La torre se usaba como una instalación de observación y defensa. Esto se puede deducir de la manera en que fue construida y de las aperturas que fueron dejadas en sus muros. El historiador checo, Konstantin Irechek, visitó la ciudad en 1883 durante una de sus giras por Bulgaria. Según los datos que recopiló, esta es una de las más antiguas torres de reloj en Bulgaria y fue construida en la misma época que otras torres similares en las ciudades de Shumen, Svishtov y Berkovitsa.

El bibliotecario de la casa de lectura local, Dimitar Ovcharov, aporta pormenores acerca de la torre de reloj de Zlatitsa.

Desde muy pequeño guardo recuerdos de este reloj y de sus campanadas cuando indica la hora. Según cuenta la gente local, se podían oír entre los dos puertos de montaña de Galabets y Koznitsa en los tiempos cuando por aquí no había ruido de los motores de los automóviles y de los trenes que pasan cerca. La torre tiene la forma de un cuadrilátero, los cimientos del edificio tienen la forma de un cuadrado. Mide casi 18 metros junto con el techo de metal de pico puntiagudo. En la construcción fueron utilizadas piedras y madera. Los materiales con los cuales fue construida la torre son tradicionales pero ésta sobrevivió durante tantos años, ya que fue construida por excelentes maestros de Zlatitsa y las aldeas vecinas. El primer mecanismo del reloj fue desmontado después de la Liberación de Bulgaria y su destino se desconoce. La torre fue descuidada pero Pencho Nedev, un habitante de Zlatitsa, logró restablecer y fortalecer la construcción con medios propios. Contrató a trabajadores y encargó la elaboración de un mecanismo que se accionaba por piedras y cuerdas. Este mecanismo fue fabricado con gran precisión en conformidad con el tamaño de la torre. Hoy el reloj tiene el estatuto de monumento de la cultura pero su parte interior no es accesible para visitantes. El espacio es estrecho, al pico se llega por una antigua escalera de madera.

Alrededor de la torre de Zlatitsa se encuentra el parque urbano. Es un espacio bien cuidado y verde, y es uno de los lugares favoritos para pasear de los habitantes de la ciudad. Hay una cafetería al aire libre, y los altos pinos que compiten en su altura con la torre crean la sensación de frescor en los cálidos días del verano.

Versión en español por Hristina Taseva