En la semana que acaba, el presidente electo, Rumen Radev, ha asumido, de hecho, todo el poder en el país, tras haber disuelto el Parlamento, fijado la fecha de las elecciones parlamentarias anticipadas y presentado el viernes su Gabinete interino y prioridades del mismo. Como era de esperar, en su discurso durante la ceremonia de la presentación, Rumen Radev manifestó que cometido principal del Gobierno provisional sería organizar la celebración de las elecciones parlamentarias anticipadas el próximo 26 de marzo y no permitir ”manipulaciones y enviciamiento del proceso electoral”. Radev abordó, asimismo, otras prioridades como, por ejemplo, los preparativos para la presidencia búlgara de la UE y las garantías para la estabilidad financiera, social y económica del país. Por su parte, el primer ministro interino, Ognian Guerdzhíkov, expresó que no renegará a priori de lo hecho por el Gabinete “Borisov 2”. Los aciertos los iremos desarrollando, y los errores cometidos los subsanaremos, precisó Guerdzhíkov.

Además de todos los ritos en torno al traspaso del poder, se comenzarán ahora a cruzar espadas en el marco de la campaña preelectoral. Pese a que, por ley, ésta debería arrancar un mes antes de la fecha de los comicios, ya ha comenzado, en esencia, el jueves, cuando se produjo la última sesión plenaria de la 43 legislatura. En vez de efectuar un recuento sobrio lo que habían efectuado y explicar por qué la credibilidad del poder legislativo resulta alarmantemente bajo en el seno de la sociedad, los diputados se enzarzaron en trifulcas, con la vista puesta en las elecciones parlamentarias del 26 de marzo. La primera en dar el tono fue Kornelia Nónova, presidenta del Partido Socialista Búlgaro, PSB, quien manifestó desde la tribuna que en los dos años de vida de la 43 legislatura parlamentaria la mayoría de centroderecha no se había dedicado sino a formar “alianzas políticas faltas de principios” con el fin de obtener “poder y beneficios personales”. Mientras, el presidente del grupo parlamentario del partido GERB, Tsvetan Tsvetanov, lógicamente, calificó la gestión del Gabinete “Borisov” de exitosa y lo elogió por haber subido el salario mínimo interprofesional, reducido el desempleo y acometido la reforma en el sistema de Justicia. También en las intervenciones de los representantes del resto de los grupos parlamentarios se alternaban los elogios y las invectivas para quienes hasta ahora habían estado en el poder y no se cansaban de expresar promesas de cómo sus respectivos partidos serían capaces de dirigir al país hacia un futuro luminoso si ganaban las elecciones. Todo aquello no era sino un triste deja vu.

A juzgar por los datos de las agencias sociológicas, la escaramuza más importante esta primavera la protagonizarán, básicamente, el partido GERB y el PSB. Por ahora la intención de voto del electorado concede cierto porcentaje de delantera al partido GERB. La euforia del PSB, tras haber sido ganadas las presidenciales del pasado mes de noviembre por un candidato, respaldado por este partido, fue evaporándose paulatinamente. La composición del Gabinete provisional ha sido, hasta cierto punto, un cubo de agua fría para el electorado socialista que esperaba una presencia partidista más palpable del PSB en el seno de este Gobierno. La mayoría de los observadores estiman que el triunfo de Rumen Radev no se debe tanto al respaldo de los socialistas, sino a lo desacertado de la candidatura del GERB en la persona de Tsetska Tsacheva y a una sarta de decisiones y pasos polémicos del gobierno de Boiko Borisov. La directiva del partido GERB se ha dado cuenta de ello y se ha echado ceniza en la cabeza. Es que estos directivos cuentan con experiencia para triunfar en elecciones y, a ciencia cierta, van a hacer unas jugadas de reajuste antes de las elecciones.

De hacerse realidad los pronósticos, una situación del ahogado entre GERB y el PSB tras el escrutinio de los votos resultaría a favor del partido GERB, ya que accederían al Parlamento también formaciones políticas con las que este partido podría formar una coalición parlamentaria. Esto es válido, pero en grado decididamente inferior, también para los socialistas. De manera que presenciaremos, en breve, una competición curiosa en la arena política nacional, que esperemos, sea sin golpes bajos y sin acusaciones mordaces entre los rivales.

Versión en español por Mijail Mijailov