A finales de este mes de junio llegarán a Bulgaria a bordo de vuelos chárter los primeros turistas extranjeros, e irán animándose las playas del litoral búlgaro del mar Negro. La llegada de veraneantes tendrá efecto beneficioso en el sector turístico búlgaro, sumido en profunda crisis por la epidemia de coronavirus. Hay que decir, empero, que cualquier tipo de vacaciones a orillas del mar entraña riesgos de incidentes. Desgraciadamente, aun antes de iniciarse la temporada turística, dos chicos perdieron la vida tras saltar, insensatos, desde la parte más elevada de un puente en la playa de la ciudad de Burgás.

Es cierto que pueden ocurrir incidentes hasta en una playa de estrictamente vigilada, pero mientras en las playas con socorristas salvavidas los malos trances acaban casi siempre con un final feliz, en las zonas playeras sin vigilancia las cosas son muy distintas. La mayoría de los casos de ahogamientos en las aguas del mar ocurren básicamente en playas sin socorristas y personal médico, afirma Antón Nalbantov, director del Centro de Salvamento Acuático de la Cruz Roja de Bulgaria.

”De la totalidad de 209 playas en el litoral búlgaro del mar Negro, las custodiadas suelen variar de 110 a 115 –precisa– . En la pasada temporada, los incidentes frustrados en cuencas acuáticas sumaron 3.700, y los ahogamientos fueron 96, de los cuales 36 se produjeron en aguas del mar”.

Amén del peligro de ahogarse, en una playa del mar ocurren otros muchos incidentes: desmayos por exponerse excesivamente al sol, quemaduras cutáneas, picaduras de medusas, cortes en el pie, crisis de hipertonía y, en ocasiones, fractura de vértebras cervicales a consecuencia de saltos de cabeza desde rocas. Gran parte de estos incidentes se producen bajo la influencia de la ingesta de bebidas alcohólicas y el consumo de drogas.

”Si la playa está vigilada, no habrá necesidad de que la gente haga gala de sus capacidades de salvamento, sobre todo en existencia de mar de fondo y olas altas –advierte Antón Nalbantov– . Hay tanto socorristas como personal médico sobre terreno capaces de ofrecer una asistencia profesional. No obstante, incluso al presenciar un incidente en una playa no vigilada, no deberán ofrecer ayuda en forma de contacto directo, ya que en la mayoría de los casos se produce, el doble de víctimas. Pueden, eso sí, resultar de utilidad desde la distancia arrojando algún objeto: un salvavidas o, in extremis, una prenda de vestir”.

El equipo médico en la playa está obligado a intervenir no sólo al producirse un incidente en el agua, sino también en el resto de casos críticos. A veces, sin embargo, hay necesidad de transportar en ambulancia a quien haya sufrido un incidente, y en tales momentos los primeros auxilios resultan decisivos. En estas circunstancias cobran protagonismo también los socorristas que procuran reanimar al bañista haciéndole respiración boca a boca o haciéndole compresiones torácicas actuando junto con el médico.

El consejo esencial que el director del Centro de Salvamento Acuático imparte a comienzos de la temporada de verano es optar por zonas vigiladas para bañarse. ”Una vez allá, uno tiene que respetar las reglas de seguridad acuática –dice, tajante, Nalbantov– . Esto se refiere por igual a la señalización por banderas y a las instrucciones que se dan en los paneles preventivos colocados a la entrada de las playas en los que se explican las condiciones adecuadas para entrar al mar y qué tipo de objetos hinchables usar. Hay que atender asimismo a lo que dispongan los socorristas y no enzarzarse en disputas con ellos, llevar chaleco salvavidas al subir a bordo de embarcaciones, no entrar en el agua tras una comida copiosa o ingesta de alcohol o consumo de drogas... Si son respetadas estas reglas, uno disfrutará de un verano alegre, entretenido y sano”.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: BGNES, Facebook (Cruz Roja de Bulgaria)