Hace treinta años, los búlgaros colmaron las plazas reclamando la refundación de su Estado, que debía abandonar su composición totalitaria. Hoy, ciudadanos de todo el país vuelven a protestar movidos por el objetivo de comenzar a vivir por fin en un Estado democrático gobernado por el Estado de Derecho.
Alexándar lleva veintiún días pasando sus noches bajo las ventanas del poder. Explica a Radio Bulgaria que lo ha llevado ahí ”el Gobierno que se aprovecha de los fondos públicos en beneficio de un círculo estrecho de personas y perjudica así a toda la nación”.
”Hay que comenzar por la dimisión del Gobierno, del fiscal general y del director general de la televisión nacional −dice Alexándar señalando la salida de la crisis política− . Queremos cambios en la Constitución relativos al sistema de Justicia, para que no haya un poder descontrolado en manos del fiscal general. Estamos luchando por un Estado gobernado por el Estado de Derecho, en el que no se robe al pueblo y los delitos sean castigados. Hay personas capaces de llevar a efecto las reformas: se les ve, todas las tardes están hablando ante los manifestantes. Actualmente, los gobernantes se empeñan en ganar tiempo efectuando relevos y repartiendo dinero hasta que llegue el 1 de agosto cuando tomarán vacaciones”.
Alexándar se niega a ser fotografiado porque, según dice, no es su rostro sino su comportamiento como ciudadano lo que realmente lo define. Afirma que seguirá en la plaza hasta que se produzcan las dimisiones.
”Son indignantes la falta de actuación por parte del fiscal general y el descaro en su comportamiento”. Así describe sucintamente su motivo para acudir todos los días a las protestas Delyán Pírinski, quien reivindica un cambio en el modelo de la Fiscalía “para que no sea rigurosamente jerarquizada de corte estalinista”. Este programador de 30 años simpatiza con la creatividad del pueblo en las plazas y aduce como ejemplos los collages con Delyán Péevski, diputado por el Movimiento por Derechos y Libertades, quien aparece en ellos como un gigante antropófago, así como los del dragón tricéfalo con las cabezas de Ahmed Dogán, presidente honorífico del Movimiento por Derechos y Libertades, Delyán Péevski y el primer ministro Boyko Borisov.
”No creo que los recorridos que Borisov hace a lo largo del país a bordo de un todoterreno se estén produciendo en respuesta a las protestas –comenta Delyán Pírinski–. En cambio, con el reparto de dinero, es decir de calderilla, está intentando hacer todo lo que sus fuerzas le permitan para mitigar la tensión en el seno de la sociedad y recuperar un poco de la confianza que ha perdido. No creo, sin embargo, que estas argucias puedan surtir efecto, ya que son irrisorias las sumas que se ofrecen a la gente”.
“Esto es hacer una campaña preelectoral con fondos del Estado”, interviene otro de los contestatarios.
Desislava Jrístova acude a las protestas cada día por “la creatividad integral del primer ministro y su Gabinete". “No estoy protestando porque se vayan unos cuantos ministros, sino porque se vayan todos y el sistema vuelva a funcionar desde cero”, agrega esta jurista. Opina que ahora el Gobierno está sobreviviendo en régimen de emergencia, y que los manifestantes en las plazas se han aunado en lo más importante al exigir la dimisión del Gobierno y el fiscal general.
“Nadie se siente tentado por las “reformitas” del primer ministro −prosigue Desislava− . Respecto a la *grabación de audio que se ha filtrado, voy a decir: ”Boyko Borisov, ¡eres una vergüenza y un bochorno para este país!”. En lo adelante nadie debería imaginarse que Bulgaria es un patrimonio exclusivo de Borisov y que éste seguirá alardeando de ser él quien construye y reparte el dinero. Borisov ha desatado la enorme ira de la sociedad que está hartísima de ser pisoteada, engañada y manipulada, abocada a malvivir al borde de la miseria, y el país eternizado como el colista de Europa. Las obras de construcción de que está alardeado han acabado siendo sendas chapuzas, porque no es posible invertir poco y pretender un resultado grandioso, forrándose al mismo tiempo”.
A juicio de Desislava Jrístova, los pasos inmediatos apuntan a la formación de un gobierno de expertos que prepare elecciones honestas y arroje luz sobre más hechos de los entresijos del poder. ”Quien permanece durante demasiado tiempo en el poder contrae la enfermedad del poder y se olvida de la realidad. No es correcto que uno se perpetúe en el poder, y esto también nos lo enseña el pasado”, concluye Desislava Jrístova.
*Grabación con la supuesta voz del presidente del Ejecutivo, usando un lenguaje censurable.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Diana Tsankova, BTA
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