En un momento en el que tomamos conciencia de la importancia decisiva de la ciencia para la conservación de la salud humana y para el desarrollo integral del mundo, les recordamos algunos de los encuentros que Radio Bulgaria llevó a cabo en el transcurso del año con científicos jóvenes búlgaros con significativa contribución propia.

Stefan Krastanov trabaja en la creación del ordenador cuántico y da clases en Harvard pero no olvida que debe su despertar a la ciencia a sus maestros de primaria de la ciudad de Burgás, y al profesor de reconocimiento internacional Teodosiy Teodosiev.

Stefan explica de la siguiente forma sencilla la ciencia incomprensible que es para muchos la Física Cuántica: “Ella nos dice cuáles son las limitaciones fundamentales que el universo coloca en nosotros”. Según el científico, si algo no puede ser logrado con las leyes de la información cuántica, lo más probable es que tampoco puede ser logrado de cualquier otra manera. “Una de las aplicaciones del ordenador cuántico es simular medicinas y materiales que difícilmente pueden crearse en laboratorio”, prosigue Stefan Krastánov. Él es sin embargo uno de los científicos que se plantean también una cuestión filosófica: ¿cómo, con la ayuda de la ciencia, trabajar por un mundo mejor?

Pueden conocer sobre este científico en el reportaje “Stefan Krastanov, el físico cuántico búlgaro en Harvard”.

Zlatko Mínev, doctorando de Física Aplicada en Yale e investigador de la compañía IBM Quantum, logra solucionar el centenario debate entre Niels Bohr, Erwin Schrodinger y Albert Einstein, los arquitectos de la física cuántica.

Gracias a su descubrimiento se ha probado la posibilidad de pronosticar y controlar los saltos cuánticos, y los futuros ordenadores podrán solucionar tareas imposibles para los dispositivos clásicos. El investigador prosigue su idea con la creación de una nueva tecnología: un sistema de conexión inversa que dirija el futuro de los saltos cuánticos por medio de su control, captación y devolución.

En el presente año, Zlatko Mínev forma parte de los 35 innovadores globales de menos de 35 años de la prestigiosa clasificación de MIT Technology Review y mereció el Premio John Atanásov, que entrega el presidente de Bulgaria.

Dos especialistas búlgaros se convirtieron en miembros del equipo del empresario norteamericano Elon Musk quien trabajara para el histórico lanzamiento del misil SpaceX al espacio cósmico.

Kíril Donchev, de 30 años, se ocupaba de las operaciones en tierra en los preparativos para el lanzamiento de la cápsula Dragón, mientras Orlín Velev, de 25, contribuyó al resultado eficaz en su calidad de responsable de la estabilidad estructural de las naves de la compañía.

El Dr. Vanyo Vezirov encabeza la compañía biotecnológica OS IMPLANTS, que produce huesos artificiales para personas y animales por medio de la impresión en 3D. El día de su graduación recibió el premio de la Universidad de Medicina de Sofía por su impresora 3D para implantes de articulaciones.

“En la impresora hacemos tres cosas −explica el Dr. Vezirov− : primero, los modelos anatómicos con que estudian los alumnos; luego, los modelos quirúrgicos que representan diferentes partes del cuerpo, para experimentar y ejercerse en operaciones; y en tercer lugar, los implantes personalizados, confeccionados específicamente para el paciente”.

Rosen Gueorguíev es doctorando en el Instituto de Materiales y Tecnologías de la Academia Búlgara de Ciencias y se dedica a investigar en el dominio de la deposición de capas atómicas y su aplicación. Desde hace poco es también mentor de estudiantes. Para su tesis se ha inspirado en el fenómeno natural de la iridiscencia, refracción de la luz que le brinda matices muy vivos a numerosos reptiles, aves e insectos. ¿Cuál es la aplicación de su ámbito de trabajo?, ¿es difícil ser científico en Bulgaria?, ¿qué lo inspira para dedicarse a la ciencia?, pueden conocer todo ello gracias a la entrevista incluida en la publicación “Sobre la profesión de “científico joven” en Bulgaria”.

Fotos: cnet, BTA, m.economy.bg, EPA, osimplants.com