Los comicios parlamentarios del próximo 4 de abril en Bulgaria serán distintos de todos los anteriores. La causa, desde luego, reside en que se celebrarán en las condiciones de una pandemia. Ninguna institución ni gobierno en el mundo es capaz de prever cómo será la situación epidemiológica dentro de tres meses y este hecho plantea asimismo una serie de interrogantes sobre la forma en que transcurrirá la campaña preelectoral. Pese a lo justificado de las medidas restrictivas desde el punto de vista del descenso de la presión sobre el sistema sanitario, la situación imprevisible asociada a la pandemia ya va originando ciertas desventajas para los gobernantes.

”Existe una tensión enorme que se ha venido acumulando contra los gobernantes −comenta a Radio Nacional de Bulgaria el sociólogo Kolo Kolev− . Según los sondeos demoscópicos, el 19% quiere que gobierne el actual partido gobernante, el GERB, en tanto que el 52% no quiere que el GERB gobierne. Si este 19% se fuera consolidando y logrando a transformar a GERB en fuerza política dominante, ello haría que se sublevaran quienes no habrían votado. Ahí está el aspecto psicológico de estas elecciones”.

No pocos de los electores buscarán una alternativa en alguna de las formaciones políticas extraparlamentarias, pronostica el sociólogo.

”Se ha producido una erosión colosal en la credibilidad de la élite política y todo esto mueve a la gente que busque alternativas al margen del GERB y el Partido Socialista Búlgaro −agrega Kolo Kolev− . El Movimiento por Derechos y Libertades es la única formación política que goza de una salud política relativamente estable. Se antoja difícilmente viable también la formación de un coalición sólida”.

Por otra parte, para sentirse motivados a ir a las urnas, los ciudadanos deben obtener garantías sobre la equidad del voto y su escrutinio. Todos los líderes de las formaciones políticas extraparlamentarias que han participado en las consultas mantenidas con el jefe de Estado han insistido que la salud de la gente y la protección de la honestidad del voto son de suma importancia. Algunas de sus propuestas se refieren a una videovigilancia del proceso electoral y a la constitución de una comisión electoral cívica bajo la égida del presidente de la Nación con derecho a efectuar un escrutinio paralelo.

Representantes de la comunidad búlgara en el extranjero también han expuesto sus sugerencias, que contribuirían a su participación activa en el proceso electoral. Ellos reclaman enmendar el Código Electoral para permitir la llamada votación abierta. Los búlgaros residentes en el exterior consideran que de esta manera quedará frustrado el fraude electoral, ya que el elector tendrá la oportunidad de averiguar la forma en que habrá sido contado su voto. La votación abierta además permite que el votante pueda retirar su respaldo al respectivo candidato si se siente defraudado por su labor. La implementación de esta forma de votar palmaria también redundará en el abaratamiento del proceso electoral, ya que reducirá la necesidad de asistencia de intercesores y escrutadores.

Según el viceministro de Exteriores de Bulgaria, Gueorg Gueorguíev, la votación en el extranjero será un auténtico desafío tanto por las severas medidas restrictivas sanitarias como por coincidir la fecha de 4 de abril con la Pascua de Resurrección protestante y católica.

”Ya tenemos una fecha fijada, lo que nos ha permitido coordinarnos con nuestras misiones diplomáticas y solicitar la autorización de los países de acogida para la apertura de colegios electorales dentro de éstas, pero también fuera de las mismas −ha dicho el viceministro− . Sin embargo, a raíz de la experiencia de otros países que hemos examinado nos consta que algunos han obtenido tales autorizaciones días escasos antes de la fecha electoral. No hay que olvidar que tras la obtención de la eventual autorización, se han de movilizar infraestructuras, empleados, dotación técnica y sanitaria para quienes se desempeñen en estos colegios electorales”.

El viceministro de Exteriores ha insistido en que se abrirán colegios electorales en todos los países con los que Bulgaria mantiene relaciones diplomáticas. Serán prioritarios los de comunidades búlgaras más nutridas.

Por Yoán Kolev

Versión en español por Mijail Mijailov