El mes de julio termina pero los más importantes centros marítimos están relativamente vacíos a pesar de los pronósticos de que nos espera un exitoso verano 2023. Las causas son varias: comenzando por la recuperación del sector que todavía continua después de la pandemia, la guerra en Ucrania que preocupa a los veraneantes extranjeros, para llegar a la inusitadamente fría primavera. Este año el mal tiempo y las lluvias copiosas incidieron en los ánimos de los turistas. “Viendo el mal tiempo las personas no han hecho reservas y las anulan en masa sobre todo si el hotel no dispone de SPA o atracciones adicionales”, dice Konstantin Zarkov, expertos del ámbito del turismo y agrega:

“Habitualmente entramos en el mes de julio con los hoteles llenos a tope, en julio y agosto no hay habitaciones vacantes y a finales de agosto los turistas van disminuyendo. Ahora es el momento de hacer ofertas de paquetes atractivos que incluyan festivales y distintas diversiones para mostrar a las personas que aparte del mar hay más causas para visitar la costa. Las vacaciones no están relacionadas solamente con el agua caliente del mar y el sol. El turismo es un producto híbrido que puede ofrecer mucho de un destino”, dice Konstantin Zankov.

No son pocos los hoteles en la costa búlgara del mar Negro que se quejan de la falta de turistas a principios de la temporada. La causa, a juicio de observadores, es que ellos no trabajan con grupos de turistas y con campamentos escolares. Además, estas bases no disponen de centros spa o atracciones alternativas que compensen el mal tiempo. A pesar de esto, la leve animación en el mercado británico y las reservas hechas de países vecinos dan la esperanza de que el reflujo de turistas será superado, si bien en el auge de la temporada.

Para el sector es de importancia clave el turista búlgaro, el mejor cliente de los hosteleros. “La causa es que el búlgaro regresa varias veces durante la temporada, recomienda la base hostelera a amigos y familiares, escribe reseñas... Además, asigna muchos medios a servicios adicionales y no cuenta solamente con el all inclusive”, dice Konstantin Zarkov. Además, la costa búlgara del mar Negro tiene una importante ventaja:

“En Bulgaria tenemos una combinación única y una gran diversidad de centros marítimos. Por ejemplo, en Kiten se aloja un determinado tipo de clientes, unos turistas más jóvenes. En la vecina ciudad de Primorsko la oferta es distinta: allí las ofertas están orientadas a las vacaciones familiares. En el norte está Sozopol, donde hay un gran número de visitas de extranjeros y el producto turístico es distinto.

Por ejemplo, allí casi no hay vacaciones all inclusive. En Chernomorets casi no hay extranjeros. Allí hay campings, algunos de las cuales bastante lujosos, muchos hoteles familiares y casas para huéspedes. Así en el marco de unos 20 kilómetros tenemos 4-5 cetros marítimos que son totalmente diferentes y acogen a distintos tipos de turistas. La temporada activa en Bulgaria es muy breve y por esto hace falta una política sostenible para el desarrollo del turismo·, termina diciendo Konstantin Zankov.

Versión al español de Hristina Táseva

Fotos: BGNES (archivo), BTA (archivo), camping.bg