El 13 de febrero, Día Mundial de la Radio, está dedicado este año al cambio climático. La elección de este tema no es casual: el 2025 ha sido señalado por el Acuerdo de París como un año clave si la humanidad quiere cumplir su objetivo a largo plazo de moderar el calentamiento del clima, limitándolo a un máximo de 1,5 grados centígrados para finales de este siglo. Este es un año decisivo y debemos cerrarlo habiendo empezado a reducir las emisiones de gases nocivos.
Pero la dinámica de las políticas mundiales también consta de un aspecto ecológico. Recientemente, la administración de la Casa Blanca anunció que EE.UU. pretende retirarse del acuerdo internacional que vincula los países del Acuerdo de París y varios críticos han mostrado su preocupación por que India y China también pueden intentar rebajar sus compromisos ecológicos.
¿Cuál es entonces la situación real del clima y tenemos los medios para detener su devastador impacto?
“Los procesos naturales del cambio climático están muy distorsionados y enmascarados por la actividad económica humana”, nos recuerda Gueorgui Rachev, climatólogo y profesor de la Universidad de Sofía "Sv. Kliment Ohridski”. Lo más preocupante, sin embargo, es la velocidad a la que se están produciendo estos cambios, ya que los últimos 20 años han sido los más cálidos desde que se llevan realizando mediciones meteorológicas, y dentro de otros 5-6 años los climatólogos podrán afirmar rotundamente que el clima ha cambiado de forma permanente.
Los cambios son obvios incluso para los más jóvenes.
Elitsa Pavlova, alumna del Colegio Bilingüe Inglés de Sofía, comparte sus observaciones:
"Los gorriones, por ejemplo, solían ser bastante comunes en Sofía. También se nota que el clima ha cambiado considerablemente. Lo he notado incluso yo, en mis 17 años de vida. Recuerdo que había muchos más días de nieve en invierno. Ahora son casi una excepción, y si esto continúa así en el futuro, sería bastante triste dejar de tener en Bulgaria estos inviernos nevados y no poder sentirnos orgullosos de que en nuestro país sigue habiendo cuatro estaciones", comenta Elitsa, que es una apasionada de los temas medioambientales y participa en un proyecto con un enfoque medioambiental, junto a sus compañeros de la escuela búlgara de Roma.
"Nos estamos enfrentando al problema del calentamiento global porque todo nuestro progreso está basado en una ley despiadada: la de la energía, la cual ha de ser de fácil acceso y abundante", subraya el climatólogo y nos pone el ejemplo de la circulación de las masas de aire:
"Una vez Europa contamina el aire, luego este nos llega aquí, nosotros lo 'enriquecemos' con nuestra economía y se lo enviamos a la India y a China. Ellos son consumidores de carbón y lo terminan de enriquecer, enviándoselo después a través del Pacífico a los Estados Unidos, que también añaden su contaminación, y entonces, atravesando el Atlántico, ese aire llega de vuelta a nosotros. Aunque Bulgaria desapareciera con sus 47 millones de toneladas de dióxido de carbono que emite anualmente, eso no cambiaría nada en cuanto a la pureza del aire en los 10 años siguientes. Estamos todos juntos en una gran cesta. El aire limpio escasea tanto para ti, como para el primer Ministro, como para el millonario, que a su vez respira el mismo aire que el vagabundo de aquella esquina. Eso nos hace libres e iguales. Por tanto, no puede ser que a uno se le impongan restricciones, mientras que otro sigue quemando su carbón. Todos debemos estar unidos en esto”.
“Y, aunque las economías son la principal causa de las emisiones nocivas, sin una prosperidad económica no sería posible alcanzar los objetivos medioambientales”, remarca Gueorgui Rachev y añade:
"La conferencia de París logró llegar a un consenso muy bueno, pero no hubo ni un solo climatólogo que participara en las conversaciones. Todas las decisiones fueron tomadas por economistas y políticos. La política es una expresión concentrada de la economía: si no hay economía y no hay beneficios para pagar impuestos, no hay de dónde sacar el dinero para cumplir los objetivos medioambientales y climáticos. Y estos son muy caros…La alimentación, la energía y el transporte son la base de la prosperidad humana, por lo que se debe pensar muy cuidadosamente en los objetivos medioambientales. Si quiebra la economía, no hacemos nada. No habrá dinero para salvar a los animales ni para proteger el entorno natural. Y si la electricidad se vuelve demasiado cara, empezarás a quemar tus neumáticos viejos, y sacarás la antigua estufa de la abuela para entrar en calor".
El Prof. Gueorgui Rachev está convencido de que Bulgaria sólo podrá alcanzar sus objetivos medioambientales y al mismo tiempo una economía estable cuando el desarrollo del turismo y la agricultura se conviertan en una prioridad para el gobierno.
Y otro punto que es crucial: cada persona normal y corriente tiene un papel decisivo a la hora de frenar el cambio climático. "Cada persona tiene el libre albedrío para elegir de qué privarse, y el poder de frenar el cambio climático a través de su influencia en la economía de mercado", insiste el profesor Rachev, y añade que los medios de comunicación y la radio en particular también pueden contribuir mucho a motivar a la gente a que dé sus propios pasos y a encaminarse hacia un futuro más ecológico:
“Esta es una educación que puede comenzar ya desde la edad preescolar: la autoconciencia y el autocontrol. Que los niños sepan que, si van a la tienda y compran un envase de plástico, este contaminará su medio ambiente, su ciudad y el país en el que viven. Esta es la verdadera comprensión de la filosofía del “Yo soy el Estado” y el “Yo soy la sociedad”, que gobiernan este planeta. Es imprescindible esta educación. Porque las personas que se forman hoy, serán las que gobernarán mañana - imponiendo esta precisa consciencia en todo el mundo”.
Autor: Desislava Shapkarova
Versión en español: Alena Markova
Fotos:Ani Petrova, unesco.org, BGNES , Pixabay, Greenpeace UK, Reuters, WHO
La asociación búlgaro-belga para cultura y arte "Orfeo" organiza un concierto en Bruselas con motivo del Día de los Enamorados y la festividad de Trifón Zarezan. En este concierto dedicado al amor y al vino, participarán la pianista Antonia Kiril..
Apoyo a la actividad del Instituto de Actividades y Prácticas Sociales en Sofía es la causa que unirá organizadores y huéspedes en el “Baile vienés” que ha se ha convertido en una tradición para la capital búlgara. La edición de este año, prevista para..
Los temas relacionados con los recursos renovables y las catástrofes naturales han reunido a los alumnos de la Escuela Dominical Búlgara "Asen e Iliya Peykovi" de Roma, del Bachillerato Bilingüe Inglés de Sofía y el instituto Greve, cerca de Copenhague...
"¡El 13 de febrero de este año, los consumidores búlgaros no deberían comprar en ninguna tienda de alimentación, cadena comercial ni supermercado! Ese..