Después de un largo paréntesis, los granjeros búlgaros volvieron a protestar ante el Ministerio de Agricultura en señal de descontento de las nuevas regulaciones y requisitos. El Prof. Jristo Bozukov, titular interino del Ministerio, se comprometió a solucionar los problemas de los cientos de trabajadores del sector agropecuario disgustados con la pesada máquina burocrática que retrasa los subsidios que les son destinados. Hemos venido a protestar ante el Ministerio de Agricultura porque aquí a los funcionarios se les ha nombrado para defender nuestros intereses y no los del Ministerio de Finanzas, declararon los manifestantes. Uno de ellos es Simeón Gueorguíev, granjero de una larga experiencia de la ciudad meridional de Pázardzhik. En los casi 30 años que se dedica a cultivar la tierra y a la ganadería ha presentado 6 proyectos que recibieron financiación europea. Los nuevos requisitos toleran las zonas rurales, y la tierra del agricultor de Pázardzhik queda al margen de aquéllas. Según Simeón, esta discriminación no es resultado de los requisitos impuestos por Bruselas, sino es ideada por los funcionarios del sector agrícola en Bulgaria.
Mi actividad está en la ciudad de Pázardzhik y, según las nuevas reglas, automáticamente quedo privado de financiación porque mi tierra no está dentro de un área rural –no oculta su amargura Simeón Gueorguíev– . Me dedico a la producción de cereales y a la cría de ganado desde 1991. Cultivo 250 hectáreas de tierra y tengo 60 animales, 45 de ellos, vacas lecheras. Los granjeros no somos solidarios y unidos cuando queremos defender nuestros intereses. 30 años ya no podemos unificarnos y hacer operativas las organizaciones sectoriales. Lo hemos intentado pero no ha funcionado porque los líderes que elegimos siguen intereses corporativos y políticos encubiertos, y para los que trabajamos en el campo y en las granjas quedan sólo los problemas. Me he centrado básicamente en la producción cerealera porque el grano se puede almacenar por más tiempo. Mi principal mercado para el trigo y la cebada es Grecia, y el girasol va a Turquía. No tengo producción para nuestro mercado.
Cada año los griegos pagan mejor, mientras que aquí eso no sucede. En Bulgaria, para obtener ganancias de la agricultura hay que disponer de millones e invertirlos en un ciclo de producción cerrado: desde el sembradío, pasando por la granja, la cremería, hasta la tienda donde ofrecer la producción final. Eso es inconcebible para los productores ordinarios.
Tras los largos años de esperanzas defraudadas en el sector agrario, lógicamente surge la pregunta de la motivación de la gente que se ha quedado a cultivar la tierra en Bulgaria. En palabras de Simeón Gueorguíev, ser productor en este país es un “dulce dolor”. El momento más agradable es cuando ves que tus esfuerzos han rendido fruto. Empiezas de un campo sin cultivar para, luego, recoger una cosecha rica que se convierte en alimento para la gente –dice el agricultor.
Uno de los problemas más graves es el del reclutamiento de mano de obra. Hace unos diez años cobró popularidad el programa del Gobierno “De subsidio al empleo”, mediante el cual empleábamos a personas socialmente pobres. Ahora no hay donde contratar tales personas. Por lo demás, desde hace años uso la mano de obra de dos trabajadores, con ellos recolectamos la cosecha; y durante la temporada de la siembra contrato a más jornaleros. Por su trabajo en la granja perciben un salario de un total de 4020 euros, y la remuneración de los operadores de tractores varía de 650 a 750 euros mensuales. No obstante, cada año hay problemas con el personal de trabajo de campo. Éste no es para todo el mundo, se necesita experiencia y habilidad para el manejo de máquinas costosas. Hoy en día los tractores son modernos y con aire acondicionado, ya no existe la fatiga en los días calurosos como era el caso con los antiguos. Lamentablemente, la gente ha olvidado cómo trabajar y nada puede hacerla volver al campo. La mayoría de los conductores de tractores capacitados optan por trabajar en el extranjero donde los salarios son más altos que los de aquí. El que sabe manejar la maquinaria agrícola moderna es muy apreciado para trabajar aquí pero lo es también en el extranjero.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Archivo personal
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