Hace tres años arrancó la iniciativa benéfica "Navidad para la abuela", que está cobrando una popularidad cada vez mayor e inspira a cientos de niños búlgaros dispuestos a dar un poco de alegría y calor a los ancianos de los hospicios. Bajo el lema de "¡Giremos juntos de nuevo la rueda de la bondad!", los organizadores recogen tarjetas navideñas hechas por niños y las envían a residencias de ancianos de toda Bulgaria. "Que los niños lo hagan de todo corazón y con ganas: eso es suficiente para calentar las almas solitarias de las personas internadas en asilos sociales. Estamos seguros de que los más pequeños están esperando con impaciencia la "Navidad para la abuela" para dar rienda suelta a su naturaleza creativa y regalar fuerza y esperanza para el bien", instan los organizadores. Un año más, las obras se recogen en las tiendas de la mayor cadena de estilo de vida alternativo en Bulgaria, en 9 ciudades búlgaras, con fecha límite el 21 de diciembre de 2022.
"El año pasado enviamos unas 3.000 tarjetas y al mismo tiempo recaudamos dinero de unos amigos míos de un grupo de Facebook aquí en EE.UU. Conseguimos encargar cenas de Navidad con grandes descuentos para ancianos, gracias a varios restaurantes que apoyaron la iniciativa. De esta manera, hemos asegurado 800 cenas a las personas de las residencias sociales", cuenta Cristinae insta a los restaurantes búlgaros que vuelvan a unirse a la causa este año también. Pueden, por ejemplo, elegir un asilo pequeño, con 20-30 personas, y regalarles la cena de Navidad, dice ella.
Hasta ahora, varios restaurantes de Sofía y Varna se han sumado a la campaña, así como los trabajadores de una planta de Burgás, que se esfuerzan por recaudar fondos para la cena de Navidad destinada a los ancianos alojados en un hospicio local.
"¡Hay un enorme interés! Los niños y los profesores son los más activos,” no oculta su emoción Cristina. Hemos recibido un montón de tarjetas, ya unas 1.000 y siguen llegando otras. Tenemos 8 horas de diferencia, aquí en Chicago, pero hace un rato, al despertarme, mi primer trabajo ha sido abrir el messenger de nuestro grupo de Facebook "Navidad para abuela", y otra vez me han enviado fotos de niños creando tarjetas para gente mayor de edad. Sin embargo, no son sólo tarjetas, no es sólo la energía y el calor navideños, es la actitud que recibiremos también nosotros cuando seamos viejos. Estos niños son el futuro de Bulgaria y si los educamos a ser amables y compasivos, a pensar en los ancianos y en los búlgaros desfavorecidos, para crear mejores condiciones para ellos, crecerán responsables y solidarios. Tenemos clases enteras y escuelas que están creando postales para los abuelos por tercer año consecutivo. Ya está surgiendo algo parecido a una tradición, y esto sólo puede alegrarnos", dice Cristina y añade: "Soy búlgara, pero elegí vivir aquí, en Chicago. Me encanta mi país porque tenemos gente maravillosa. Los búlgaros siempre están aquí para una buena causa como ésta. Mirando a nuestros hijos, veo que este país tiene futuro, lo que debemos hacer es trabajar con ellos", concluye Cristina Derelieva.
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