Los talleres lingüísticos y culturales "Mi verano búlgaro" llevarán de nuevo a los hijos de los búlgaros en el extranjero a algunos de los lugares más bellos de Bulgaria. Elena Pavlova vuelve a organizar una serie de viajes para niños y estudiantes de 6 a 15 años. La denominación “Talleres de Lengua y Cultura” no es casual, ya que el objetivo principal del proyecto es establecer una relación con Bulgaria a través de la cultura, la historia, la geografía, la artesanía y, sobre todo, socializando en búlgaro. A estos viajes de verano acuden niños de padres búlgaros o de familias mixtas - son niños que suelen venir a Bulgaria durante sus vacaciones de verano pero que no hablan bien el búlgaro. En cuatro años ha sido elaborado un programa amplio y colorido, que incluye una visita a la población costera de Obzor, a los montes Balcanes de la ciudad de Gabrovo, así como actividades al aire libre para los más pequeños en el monte Vitosha, cerca de Sofía.
Según Elena Pavlova, por lo general en Bulgaria suelen faltar este tipo de propuestas para los niños que vienen del extranjero por sus vacaciones. Y hay una gran necesidad de que exista una escuela así, ya que los niños no hablan bien búlgaro y no podrían encajar fácilmente en cualquier excursión para niños organizada a nivel local. "La idea principal de estos talleres infantiles es lograr una importante carga emocional, una conexión afectiva, crear amistades y que luego los niños guarden muchos buenos recuerdos y emociones positivas de su estancia en Bulgaria", explica Elena Pavlova:
"La organización no es nada fácil porque las vacaciones caen en temporadas diferentes en cada país. Nosotros hemos intentado crear los grupos de tal manera que podamos cubrir en la medida de lo posible las vacaciones al menos de los países europeos, aunque tenemos, por ejemplo, un grupo de EE.UU. a principios de julio que se irá a de vacaciones a la playa, en la ciudad de Obzor. Y a principios de agosto tendremos otro grupo - que visitará la ciudad de Gabrovo.
Nos hemos enfocado en grupos semanales de 6 noches y 7 días, para poder hacer un programa más completo, y que los niños se conozcan y puedan crear una comunidad. Normalmente, los últimos días son siempre los mejores y los niños no tienen ganas de irse. Tenemos también un tercer grupo con un planteamiento un poco diferente. Ahí sale desde Sofía para hacer una ruta por el monte Vitosha pero sin pasar allí la noche. Es como un campamento verde donde los niños pueden a la vez estar en la naturaleza, al fresco, y aprender al mismo tiempo nuevas palabras en búlgaro, ya que este grupo está dirigido a niños que tienen menor conocimiento del idioma, o que son más pequeños y no pueden quedarse tanto tiempo sin sus padres".
Los niños de entre 9 y 13 años son el grupo más agradecido para los fines de "Mi verano búlgaro" porque, por un lado, ya son independientes y, por otro, son lo suficientemente jóvenes para mantenerse abiertos a todo tipo de cosas nuevas.
"Ha ocurrido que se apunten hijos de matrimonios mixtos que, pese a no vivir en Bulgaria, declaran que ésta es su patria. Esto es muy emocionante. A estos niños les impresionan los encuentros con la gente, la actitud cálida y despreocupada hacia ellos. Ellos perciben eso muy claramente en Bulgaria y por eso se sienten bien".
"Nuestro primer campamento se celebró en 2021, y entonces nos preguntábamos si seríamos capaces de llevarlo a cabo. Pero estábamos decididos a hacerlo, y con todas aquellas cuarentenas y restricciones de fondo en toda Europa, acabamos con los niños en los montes Balcanes de Gabrovo, con una sensación de libertad increíble. Hay algo en Bulgaria que no resulta tan obvio, es algo muy sutil … es una cercanía que transmite gente, una calidez , y un particular amor por la libertad que no se encuentran en ningún otro lugar. Esto es precisamente lo que impresiona a las personas que vienen de fuera. Esta libertad puede a veces dar la sensación de caos, pero los niños la notan en seguida y les hace sentirse agusto en nuestro país".
Los talleres infantiles "Mi verano búlgaro" de Elena Pavlova, cuentan también con el apoyo del festival itinerante "En la plaza de la otra Bulgaria" - un acontecimiento anual para conjuntos de aficionados, creados en el extranjero, que reúne a cientos de búlgaros. "Tales eventos son muy útiles para que los niños se reúnan y que allí pueda construirse una relación con la patria. Para crear una idea más romántica de Bulgaria, libre de los problemas que de todos modos existen dentro del país", comparte Elena Pavlova.
Autor: Gergana Mancheva
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Mi verano búlgaro
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