El 22 de septiembre de 1908 fue proclamada la Independencia de Bulgaria. Tres decenios después del más atrevido acto independiente en la historia de Bulgaria, la Unificación de Rumelia Oriental y el Principado de Bulgaria, los búlgaros volvieron a demostrar el poder de la unidad y la fe en sus fuerzas propias. Este día se celebra como fiesta oficial del Estado y es símbolo del cambio en el estatuto internacional y legal de Bulgaria. Muestra la transformación de Bulgaria de un Estado vasallo en un sujeto libre y soberano en las relaciones internacionales.
Esta es la breve nota sobre e Día de la Independencia que incluso los alumnos búlgaros por el mundo aprenden de los libros de texto. Sin embargo, cada año descubrimos de nuevo el enorme significado de este día memorable para la historia, tratando de compararlo con el resto de las fechas adoptadas como símbolos de la Bulgaria renacida después del yugo otomano que duró cinco siglos.
Los historiadores son nuestros guías a través de la complicada red de hechos, sucesos, personalidades y procesos políticos globales. “El día de la Independencia es una de las fiestas más importantes para los búlgaros ya que es el día en que fue lograda la plena Estatalidad”, dice el historiador Prof. Dr. Nikolay Kanev, vicerrector de actividades científicas, artísticas y de investigación de la Universidad de Veliko Tranovo Santos hermanos Cirilo y Metodio. Conversamos con él sobre el valor de esta fiesta, tan anhelada por nuestros antepasados:
“La fecha de la Liberación de Bulgaria del yugo otomano que duró cinco siglos ocupa el lugar central en la conciencia general de los búlgaros. A pesar de que entonces Bulgaria resucitó, todavía no era un Estado completo, era un país vasallo de la Puerta Sublime, un sujeto internacional sin plenos derechos. El Día de la Independencia (1908) es la fecha en que Bulgaria se convirtió en un Estado en el pleno sentido de la palabra, porque ya no estaba sujeta a nadie, se había deshecho de la suzeranía (el Imperio Otomano) y no pagaba tributo a nadie. Así que el 22 de septiembre es el día cuando debemos sentirnos sumamente orgullosos por haber podido lograr este acto”.
En el centro de los sucesos en aquel entonces estaba el príncipe Fernando, junto con el primer ministro Alexander Malinov. A ellos debemos el Manifiesto que el príncipe leyó en la iglesia 40 santos Mártires en la antigua capital búlgara Veliko Tarnovo.
“Con la proclamación de la Independencia Fernando se convirtió de príncipe en zar de los búlgaros, y, además, para el pueblo búlgaro con este acto vino la plena libertad y al mismo tiempo este Manifiesto tuvo por objetivo enviar un mensaje a los búlgaros que habían quedado fuera de las fronteras de la Bulgaria libre”, dice el Prof. Nikolay Kanev.
Los historiadores con frecuencia hablan de los detalles de los sucesos históricos, pero el Prof. Nikolay Kanev se refiere al mapa global de los intereses geopolíticos. Allí divisa la causa del fracaso del sueño búlgaro:
“Nadie está interesado en una Bulgaria unida ya que la Bulgaria unida no es simplemente grande, algo que se suele mencionar como una amenaza. El problema no es tanto con el territorio y el poder del Estado, el problema radica en el hecho de que una Bulgaria unida se convertiría en un factor insoslayable en la política europea por razones puramente geopolíticas y económicas.Una Bulgaria unida, desde la Delta del Danubio hasta Tracia Occidental, que está cerca del mar Adriático, prácticamente significa que ni el comercio mundial hacia Europa o hacia el Oriente Próximo puede soslayar Bulgaria, ni los intereses políticos de los distintos actores en el escenario mundial pueden realizarse sin que se tome en cuenta el papel de Bulgaria”.
Fotos: Iván Bazov, Guergana Máncheva, wikipedia. org
Versión al español por Hristina Táseva
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