Todos queremos ser felices, pero no siempre lo logramos. Un conocido artista búlgaro, el profesor Andréy Daniel, docente de la Academia Nacional de Arte, ha encontrado no obstante el camino a la felicidad con su nueva exposición. Hasta el 27 de marzo en la galería capitalina Nuance se puede ver su colección de cuadros titulada „Hic habitat felicitas”, (Aquí habita la felicidad).
En la exposición se han reunido obras realizadas en los últimos meses, preparadas especialmente para el espacio de la galería, que han capturado momentos felices del artista. Parte de los cuadros están dedicados a su estancia en Salzburgo. Esta antigua ciudad lo cautivó con su historia y su atmósfera.
La acogedora ciudad burguesa, combinada con el ambiente aristocrático de lujo y cultura, me intoxicó y me hizo sentir feliz, cuenta el artista. No habría prestado atención al antiguo mosaico romano del centro de la ciudad, si no fuera por el precioso libro de Erich Kästner “Viajes transfronterizos”. En él, entre otras cosas, se narra cómo una vez, cuando se preparaba un monumento a Mozart, los constructores hallaron en el transcurso de la excavación una inscripción romana que decía „Hic habitat felicitas”. Para mi fue extraordinario y casi místico, ya que antes de descubrirla en la realidad, esa inscripción ya estaba en mi alma. Probablemente el ser humano está hecho así, descubre las cosas solamente cuando se da cuenta de que han estado en él mucho tiempo. En realidad, esta obra es resultado de historias felizmente descubiertas en la realidad, que antes de eso existían sólo en mi imaginación.
A menudo se dice que la gente no logra ver ni conocer cosas que no le son conocidas de antemano, cuenta el artista. De modo que yo supongo que todas esa cosas que me gustaban y me fascinaban en esa ciudad, de algún modo han estado viviendo dentro de mí antes de eso. Y el hecho de que las descubriera en el mundo real fue un sentimiento muy agradable.
Uno de los cuadros más impresionantes de la exposición representa una orquesta de cuerda tocando. ¿Cómo se dibuja la música?
Esta obra, titulada “Cuerdas en acción” tiene que ver con mis intereses en la música. Hay violines, chelos, contrabajos, instrumentos de cuerda en una orquesta. Me interesan los personajes musicales, las condiciones laborales y el esfuerzo creativo, algo que en la música es muy bonito y claramente expresado. Dibujar el arte no es tan expresivo como un violinista tocando.
Y más belleza en la exposición: El Castillo del Agua, rodeado de magnolias en flor. El cuadro “Canción del Esturión” también narra una historia graciosa que sucedió en el siglo XVII. Es curioso que el enorme pez fuera capturado en un río tan pequeño. Andréy Daniel ha conseguido dibujar otro punto de referencia de la zona, la casa del verdugo. ¿Por qué ahí no hay vecinos? Pero veamos algo inspirador: el paisaje “La costa jónica o el fin del mal tiempo”. Vale la pena.
Autor: Veneta Pavlova
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